La histórica empresa láctea La Verónica atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia: enfrenta una caída abrupta en la recepción de materia prima, graves problemas financieros y un clima de incertidumbre total entre sus más de 700 trabajadores, que aguardan respuestas concretas en la audiencia convocada para este martes por el Ministerio de Trabajo de la provincia.
El conflicto, que se viene gestando desde hace años, se profundizó en las últimas semanas. La compañía —que tiene su sede central en Lehmann y plantas operativas en Totoras y Suardi— no está abonando los salarios en tiempo y forma, situación que derivó en una retención de crédito laboral por parte de los empleados. “La empresa solo pagó un tercio del sueldo. No estamos bloqueando la planta, pero necesitamos respuestas urgentes”, advirtió Rodolfo Rodríguez, uno de los voceros del personal, en declaraciones a Radiópolis por Radio 2.
Millonaria deuda y caída en la producción de La Veronica
La situación financiera de La Verónica es alarmante. En marzo, se conoció que tenía cheques rechazados por más de 460 millones de pesos. A eso se suma una abultada deuda bancaria que, según el sistema financiero Nosis, asciende a más de $9.200 millones, con compromisos mensuales que rondan los $287 millones.
La falta de liquidez ya impacta directamente en la producción. La empresa pasó de procesar alrededor de un millón de litros diarios de leche a recibir menos de 200 mil litros, según informaron los trabajadores. Esta caída responde, en gran parte, al alejamiento de proveedores, quienes decidieron dejar de vender materia prima ante los reiterados retrasos en los pagos.
Un conflicto arrastrado en el tiempo
Aunque los problemas de la láctea no son nuevos —se remontan a 2016 y se agravaron en 2019 con la entrada en un proceso preventivo de crisis—, en el último tiempo la incertidumbre se volvió total. Rodríguez denunció que no hay comunicación clara por parte de los directivos: “Dicen que no van a vender ni despedir, pero las líneas medias tampoco tienen información. No sabemos hacia dónde va la empresa”.
La reunión de este martes con autoridades del Ministerio de Trabajo de Santa Fe es vista como una instancia clave para destrabar el conflicto. Los empleados esperan definiciones concretas y garantías de continuidad laboral.
Por ahora, el panorama es sombrío. La falta de insumos, los salarios impagos, la caída productiva y el hermetismo empresarial conforman un cóctel explosivo en una empresa que fue emblema de la industria láctea nacional. “Estamos en una situación límite”, resumió Rodríguez. Y detrás de esa frase, hay más de 700 familias que aún no saben si tendrán trabajo el mes que viene.