El caso LEGO para entender cómo reinventarse


Cuando pensamos en LEGO, imaginamos piezas de colores que marcaron generaciones, no sólo como juguetes, sino como disparadores de creatividad, lógica y aprendizaje. Pero detrás de ese universo de ladrillos y figuras icónicas, se esconde una historia de caída, reinvención y resiliencia empresarial que debería ser leída en todas las escuelas de negocios, y también por cualquier persona que haya sentido alguna vez que ya no hay vuelta atrás.

LEGO estuvo al borde de la bancarrota en 2003, después de años de decisiones desacertadas, expansión desmedida y un alejamiento peligroso de lo que siempre fue su esencia: invitar a construir, imaginar y jugar libremente. Para profundizar sobre este proceso crítico, podés leer la nota “El turnaround de LEGO: cómo sus fanáticos la salvaron”, que explica con claridad cómo esta empresa familiar danesa casi desaparece del mapa.

El valor de volver a lo esencial

En una época dominada por la transformación digital, muchas marcas han optado por cambiar radicalmente su identidad con tal de no quedar fuera del mercado. LEGO hizo todo lo contrario: volvió a sus raíces. Tras años intentando lanzar videojuegos sin éxito, parques temáticos que generaban pérdidas y productos que no conectaban, sus líderes decidieron escuchar a su comunidad más leal. Redujeron líneas de productos, simplificaron procesos y volvieron a apostar por su clásico sistema de bloques.

Una pieza clave en este proceso fue la línea Bionicle, que combinaba storytelling con construcción y supo conectar con una nueva generación. Según 3DJuegos, este fue el punto de quiebre que permitió a LEGO comenzar su recuperación. Y no fue casualidad: fue el resultado de escuchar al consumidor, entender sus motivaciones y entregar una propuesta coherente y potente.

En ese camino, también ayudó la incorporación de alianzas estratégicas con franquicias de culto como Star Wars, Harry Potter o Marvel, y el desarrollo de contenido transmedia con películas, videojuegos y series animadas. La historia completa puede leerse en este completo artículo de Platzi, donde se destaca cómo la empresa pasó del abismo al liderazgo mundial.

Reinventarse sin disfrazarse

En tiempos de crisis, es común ver cómo las marcas intentan “subirse a la ola” de lo que está de moda. LEGO, en cambio, apostó por algo más complejo pero mucho más duradero: reconectar con su ADN. Y ese proceso de introspección y coherencia fue lo que la convirtió en un ejemplo de éxito.

Desde la gestión, el caso LEGO nos deja al menos tres enseñanzas clave:

  1. Escuchar a tu comunidad es más valioso que cualquier focus group externo.
  2. Reformular no significa traicionar tu esencia.
  3. La identidad bien gestionada es un activo que puede resistir cualquier tormenta.

Este aprendizaje puede trasladarse incluso al ámbito educativo. También es útil para comprender el impacto de los fanáticos y comunidades activas, como se aborda en este informe sobre marcas que construyen con sus usuarios.

De la bancarrota al liderazgo mundial

Hoy LEGO no solo es una de las empresas más rentables del mundo del entretenimiento, sino también una de las más queridas. Según informes recientes, sus ingresos superan los 9.000 millones de dólares anuales, y sus productos se venden en más de 140 países. Pero más allá de los números, su mayor logro es haber logrado resurgir sin convertirse en algo que no es.

LEGO sigue siendo, ante todo, una invitación a crear. Y esa es la mayor lección que nos deja: no se trata de adaptarse a cualquier precio, sino de hacerlo con integridad, escuchando, aprendiendo y reconstruyéndose… como si se tratara de una ciudad hecha con ladrillitos que puede colapsar y volver a levantarse, más sólida que antes.


Porque como en todo buen juego de LEGO, lo importante no es que la torre no caiga, sino saber cómo volver a levantarla.


¿Querés conocer más historias de empresas que se reinventaron con éxito?
➡️ Leé también: Cómo Netflix cambió su modelo de negocio sin perder audiencia


Etiquetado: