El presidente Milei y el expresidente Macri se verán por primera vez luego de las elecciones nacionales en una cena convocada en Quinta de Olivos. La reunión tiene como telón de fondo la definición del Gabinete y los desafíos del oficialismo para los próximos meses.
El encuentro, que estaba previsto para mediodía pero finalmente se llevará a cabo por la noche, se concretará en Olivos a partir de las 20 h. La iniciativa la tomó Milei, quien hace unos días había llamado a Macri para agradecerle los consejos que el expresidente le brindó en las últimas semanas.
La cena no es una reunión formal de campaña, sino que se inscribe en el contexto de la reorganización de gestión del gobierno de Milei, tras la contundente victoria de su partido La Libertad Avanza (LLA) que logró más del 40 % de los votos. La conversación apunta al armado del nuevo Gabinete y los mecanismos de negociación que el oficialismo deberá articular en el Congreso para impulsar sus reformas estructurales.
Desde el entorno de Macri se señala que no está en sus planes formar una coalición con LLA, y en el gobierno señalan que prácticamente no habrá espacios para funcionarios vinculados al PRO en áreas clave. Uno de los pocos nombres mencionados es el de Guillermo Dietrich, para una secretaría de Transporte, aunque en Casa Rosada consideran que la dependencia de esa cartera seguirá siendo manejada por personas leales al núcleo libertario.
En el plano legislativo, la victoria de LLA implica que ahora contará con unas 80 bancas en la Cámara de Diputados y 18 en el Senado, lo que reduce la necesidad de aliarse con Macri o el PRO para asegurar gobernabilidad. Al mismo tiempo, el PRO sufrió pérdidas de escaños y enfrenta tensiones internas en su bancada.
La cena de esta noche, más allá de su gestualidad política, envía un mensaje claro: Milei avanza con autonomía en su gestión y busca marcar el rumbo sin depender de las estructuras tradicionales del PRO. Macri, por su parte, parece aceptar el nuevo mapa político y su rol en él. El análisis apunta a que en este contexto la cumbre en Olivos simboliza la transición entre dos etapas de la “derecha argentina”: una más tradicional (PRO) y otra emergente (LLA).







