El puerto de Cofco, en Puerto San Martín, se convirtió en el epicentro de una búsqueda que moviliza a fuerzas locales y nacionales. Desde la noche del miércoles, se desconoce el paradero de un marinero sirio de 36 años que había descendido de su buque con la promesa de regresar horas después. Nunca volvió.
El navegante debía reincorporarse a la embarcación en la madrugada del jueves, pero su ausencia encendió las alertas. Inmediatamente, se activaron los protocolos de búsqueda con intervención de la Policía local, Prefectura Naval, Migraciones y el Ministerio de Seguridad de la Nación, que ordenó un operativo de alcance nacional.
El caso reúne varias circunstancias que lo vuelven especialmente delicado: el tripulante se movilizaba solo, no domina el idioma y su nacionalidad exige atención especial según las normas internacionales vigentes.
En este momento, las autoridades trabajan para reconstruir sus últimos movimientos y determinar si su desaparición responde a una decisión voluntaria o si se encuentra en una situación de vulnerabilidad.
En una zona portuaria acostumbrada al movimiento constante de buques, este hecho rompe la rutina e invita a mirar con atención: detrás de cada uniforme de trabajo hay una historia, un viaje, y —a veces— un silencio que se vuelve urgente encontrar.
