En una jornada que dejó marca, no sólo por los números sino por el mensaje, Lala Lucci fue elegida como nueva presidenta comunal de Acebal. Con el 60% de los votos, superó por más de veinte puntos al actual mandatario comunal, logrando la diferencia más amplia registrada en la región. Pero más allá de los porcentajes, lo que se expresó en las urnas fue un cambio de época. Una comunidad que apostó por una dirigencia joven, con formación, con trayectoria en la gestión pública y, sobre todo, con un modo distinto de hacer política: más cercano, más horizontal, con futuro.
Lucci, que inició sus estudios de arquitectura en Rosario, dio sus primeros pasos en la militancia universitaria dentro de la agrupación AREA y en el Partido Socialista. Aquellos años en Rosario, marcados por debates sobre planificación urbana y políticas públicas, fueron la antesala de un recorrido que la llevó a ocupar distintos roles institucionales: primero en la Dirección de Clubes de la Municipalidad de Rosario, luego en la Cámara de Senadores junto al exministro de Salud Miguel Cappiello, y más tarde como Directora Provincial de Hábitat durante la gobernación de Miguel Lifschitz.
Actualmente ocupa ese mismo cargo en el equipo del gobernador Maximiliano Pullaro, con quien construyó una relación de confianza política y técnica. No es un dato menor: el vínculo con el actual gobernador y con el ministro de Obras Públicas, Lisandro Enrico —su jefe directo— será clave para destrabar proyectos, gestionar obras y acercar soluciones a una localidad que hace tiempo pide ser escuchada. De hecho, a días de las elecciones, el gobernador la recibió en su despacho para conversar sobre las dificultades locales y expresar un compromiso que quedó grabado en las redes de Lala: llevar adelante un plan para el arreglo de las calles, uno de los grandes reclamos de los vecinos de Acebal.

De la derrota al frente político local
Lo de Lucci no fue magia. Tampoco improvisación. Esta fue su quinta elección consecutiva. Desde 2017 viene construyendo un equipo que, con paciencia y decisión, consolidó una identidad política local: Unidos Acebal. Un espacio que logró algo que en muchos pueblos parece utópico: sumar voluntades de distintos partidos políticos detrás de un objetivo común, sin importar sellos ni banderas. Primero en Acebal. Años después, esa lógica inspiró —con los matices del caso— la construcción del frente Unidos para Cambiar Santa Fe, hoy fuerza gobernante a nivel provincial.
Esa persistencia, esa capacidad para transformar las derrotas en plataformas de aprendizaje, dice más que muchos slogans de campaña. En ese equipo, sin grandes padrinos ni estructuras tradicionales, se formaron jóvenes que aprendieron a gestionar escuchando, dando respuestas, construyendo comunidad. No se trató de resistir: se trató de prepararse.
Entre la gestión y la sensibilidad
La campaña tuvo sus ejes claros. Obras públicas, vivienda, salud, infraestructura escolar, acompañamiento a clubes e instituciones, impulso a los jóvenes y desarrollo económico local. La propuesta combinó solvencia técnica con sensibilidad social. Fue una campaña de recorridas, de mates en las casas, de propuestas que surgieron del contacto con los vecinos. Y también de firmeza: en un contexto donde la política suele correrse de los temas difíciles, el equipo de Lucci eligió ponerlos sobre la mesa.
Ahora empieza otra etapa. Lucci asumirá el 10 de diciembre con una mochila cargada de expectativas y una comunidad movilizada por la posibilidad real de un cambio. El desafío será grande: cumplir con ese mandato de esperanza, y demostrar que, cuando hay ideas claras, gestión honesta y un Estado presente, los pueblos también pueden ponerse en marcha.